» El amor no se busca, ni se encuentra, el amor se gana y se valora» 

  

 Seguro te has preguntado, ¿qué es el amor? ¿Cómo nace? ¿Donde se origina? Y ¿Cómo se puede mantener?

En el argot popular se percibe “el amor” como un sentimiento irracional, que lo puede todo, es lo que mueve al mundo, que nos aparta de la realidad, que si hay amor no se necesita nada mas, que con ese sentimiento basta.

Así también son muchas las líneas y corrientes que definen y  representan el amor. Ciertamente  el amor tiene su valor y es evidente, pero ¿bajo qué circunstancias se puede lograr el amor? ¿Que se necesita para que este fluya como un gran manantial? Bert Hellinger nos plantea el amor desde un orden que únicamente tiene posibilidades de lograrse  donde nos hacemos consientes de ese orden, es lo que él llama “Los Ordenes de Amor.” Para Hellinger en las relaciones humanas existen unas leyes y un orden, lo descubrió como terapeuta sistémico comprendiendo que toda la existencia humana está conformada por sistemas. A través de esta concepción  Hellinger desarrolló una metodología en la que pudiera alcanzar la reconciliación, estableciendo que “el Orden viene primero,  luego el amor”.

Es muy importante y necesario comprender y establecer el orden del amor en cualquier relación interpersonal, para que este pueda desplegarse a plenitud. El libro “Los Ordenes del Amor”   presenta una parte fundamental, “la familia”, sobre todo los padres y en especial la madre, en la filosofía de Hellinger es desde ese orden familiar donde nace o parte el amor, en el cual este se desarrolla.

Es en ese proceso familiar  donde el individuo hace el reconocimiento de sí mismo, se conceptúa la identidad y se crea el amor propio, se acepta a los padres para entonces poder dar paso al amor exterior, al amor de pareja y a los propios hijos.

Reconocimiento de sí mismo o amor propio

El principio del reconocimiento de si mismo lo determina la relación con la madre, este es el personaje más importante en este orden, de lo contrario no habrá un amor propio, en la medida que esta relación madre e hijo florece así mismo se darán las demás relaciones y todas las cosas le serán para bien, el hijo que acepta a su madre tiene un brillo especial, con el amor de la madre todas las cosas son posibles y se enfrentan las situaciones de la vida de una forma diferente, con mayor facilidad.

Por otro lado,  Bert Hellinger denomina “alma familiar” al espacio y contexto en que cada miembro tiene un lugar de respeto y dignidad, todos, sin excluir a nadie, parientes vivos y muertos. Para que una persona pueda encontrarse consigo mismo es imprescindible estar en paz con ambos padres. Si en el alma familiar se dan exclusiones, se resiste el flujo del amor, se debe honrar a cada integrante de la familia, sin importar como hayan sido o que hayan hecho.

Este reconocimiento de los padres no debe exceder a la sustitución consciente o inconsciente del rol de uno de los padres, que es lo que Hellinger denominó como “el amor ciego”, sin conocimiento, que no hace caso a las ordenes y por consiguiente trae consecuencias negativas, mientras que al contrario donde se conoce y se respeta los órdenes los frutos recogidos del amor surten beneficios y se sanan las heridas, a nivel individual y general.

Hellinger brinda soluciones sencillas para que se reconozcan los padres y los hijos, en la que los hijos pueden decir lo siguiente: “Tengo la vida a través de ustedes. Ustedes son mis padres y ahora los tomo tal como son, como mis padres correctos.” De esa forma el hijo está en paz consigo mismo.

Reconocimiento y aceptación de los padres y los hijos

¿Cómo llegamos a este mundo? ¿Quién nos trajo? Son unas interrogantes  simples de contestar a pesar de que existen argumentos un poco complejos, lo cierto es que en primer lugar hemos venido a este mundo porque Dios a través de nuestros padres lo permitió y segundo porque nuestros padres, aceptaron el reto de traernos a este mundo,  estando la decisión en sus manos de qué hacer con nuestras vidas decidieron darnos un sí. Fue a través de alguien que nacimos, no por decisión propia, por lo tanto al nacer de un ser humano que es la madre nacemos bajo un vinculo, todo lo que existe de forma natural está vinculado.

Los hijos siempre estaremos en deuda con los padres, nunca podremos igualarnos al amor de ellos, para Bert Hellinger Existe lo que es el “equilibrio desigual” que radica en el intercambio de dar de los padres y el tomar de nosotros, los padres son los superiores, quienes nos dieron el regalo de la vida y por mas, detalles y presentes que pudiéramos dar a nuestros padres nunca se comparará con los que ellos dan.  Hay una línea muy fina en la que un hijo puede pretender ser el padre, ser mas grade que ellos y es allí donde se rompe este equilibrio desigual al que Hellinger llama “arrogancia” El hijo dice a los padres: “soy mejor que ustedes, lo hago mejor que ustedes”. Pero el hijo siempre será tributario de ellos, nunca podrá devolverles lo recibido. El punto focal de esto es que  para poder amar verdaderamente primero debo saber recibir y ser agradecido, con eso podemos pagarles a nuestros padres y a Dios el favor de la vida. El  enfoque de Hellinger puntualiza que como hijos no tenemos el derecho de juzgar o castigar a los padres, por el hecho de que nuestro nacimiento no dependió de las cualidades morales de ellos, más bien es un acto independiente de como es la persona, no hay padres buenos ni malos, merecen el respeto por el simple hecho de consumar el acto y permitirnos nacer. Simplemente por este bien supremo los hijos horran y agradecen, este agradecimiento se hace horrando a los padres: “gracias Dios, gracias mama y papa por la vida que me han dado, la acepto y los acepto a ustedes tal como son”. Y “gracias a mis abuelos por darme a ustedes, los tomo con una actitud amorosa”.

El amor en la pareja

A diario vemos como ha ido incrementando el divorcio y la búsqueda de ese porqué las cosas no funcionan o como puedo mejorar mi relación de pareja, Hellinger nos dice que toda la relación y el funcionamiento de ella depende del reconocimiento justo que se tiene de sí mismo, es decir: el no creerse superior al otro, el no sentirse que soy mejor que el otro, que tengo más valores, mejor formación, Hellinger plantea que si cada uno en la pareja respeta, no juzga, no descalifica y lo acepta tal como es, como un ser humano con virtudes y defectos, cuando ambos se miran a los ojos y se dicen: «Sí, estoy de acuerdo contigo tal como eres, así como eres yo te amo»  es allí donde se da cabida a la felicidad, porque ninguno tratará de cambiar al otro y permanecen sanos.

Para Bert Hellinger este tipo de relación se extiende a los deseos internos de la pareja, en el cual se ha consumado el amor, que surge un vinculo especial y se quiere dar continuación a la vida, está orientada hacia los hijos, en la formación de una familia, cuando no se tiene claro este contexto y este orden el amor no fluye, se atrofia, si la pareja se centra en el yo, en lo que me va a satisfacer esa relación amorosa, en el beneficio propio seria un amor limitado, y el amor es más que eso, si no se tiene claro cuál es el orden o se niega tiene un efecto negativo en el amor.

En el amor vemos diferentes tipos de relaciones, uno de ellos es el matrimonio y Hellinger pone especial énfasis y cuidado en el segundo matrimonio, en la que se debe respetar a los hijos del primer matrimonio, el padre o la madre debe priorizar el amor al propio hijo antes que a la pareja, por lo tanto para que la relación funcione y sea sana, sin celos es necesario reconocer el orden, respetar a ese hijo y la relación existente entre padres e hijos.

 

A continuación les dejo algunos enunciados de Bert Hellinger muy específicos que nos iluminan un poco más, en torno a los orígenes y principios del amor:

“ El orden y el amor van juntos. Y resulta que el orden va primero. El amor está al servicio de ese orden más grande.”

“El orden siempre es amor y el amor comprendido de esta forma especial, de que cada persona encuentre un lugar en el corazón, es un amor abarcativo.”

“El amor llena lo que el orden abarca, el uno es el agua, el otro es el jarro”

“El orden y el amor se entrelazar en su actuar”

“Como el oído difícilmente se habitúa a las disonancias, por mucho que se expliquen, así, nuestra alma difícilmente se hace a un amor sin orden.”

“La persona que tenga excluida a la mamá, no puede amar a ninguna otra persona, tampoco a su pareja, tampoco a los propios hijos. Es decir: que el amor comienza con la madre.”

“la madre de una persona es determinante en la vida, es el personaje más importante de todos. “

“El amor consiste, entonces, en respetar su grandeza, tomar lo que recibe y mostrar gratitud.”

“La identidad personal se fundamenta en el respeto a los padres”.